(26/08/2019)
Roberto Briceño-León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, aseguró que 92% de los homicidios que ocurren en Venezuela quedan impunes.
Venezuela es uno de lo países suramericanos más sangrientos de la región. Enfrenta una de las tasas de impunidad más altas; además, la corrupción, el retraso procesal y el trabajo de los tribunales, permite que los criminales en muchas ocasiones no paguen condena.
«Los delincuentes normalizaron la violencia y la insensibilidad ante el dolor de la víctima», señaló el especialista.
Los cálculos del OVV concluyen que por 100 homicidios que se cometen, solo se detiene a entre 8 y 9 personas.
El observatorio señala también que en Venezuela asesinan a 15 personas por día. En los últimos 19 años se han registrado más de 300.000 muertes violentas.
«En el país se ha incentivado la violencia. Se desarmaron a los cuerpos policiales, pero no a los delincuentes. Los homicidios han aumentado, pero no las detenciones», añadió Briceño-León.
El especialista cuestionó que en Venezuela para la justicia da igual robar que matar, y ambos delitos implican una misma pena.
«Por robar vas a recibir el mismo castigo que por matar a 5 o 10 personas. Entonces, no hay por qué contenerse a la hora de asesinar», indicó.
El OVV indicó que en 2018 Venezuela terminó con una tasa de homicidios de 81,4 por cada 100.000 habitantes, ligeramente inferior a los 89 por cada 100.000 habitantes de 2017.
Fermín Mármol García, abogado criminalista, le dijo a PanAm Post que desde el punto de vista criminológico, Venezuela está considerado como un país colador, pues mantiene libres y sin castigo a los criminales.
El déficit de policías con verdaderas labores de patrullaje supera 80%, y el de policías de investigación criminal ronda 300%. El déficit de fiscales que realmente se dediquen al procesamiento judicial es mayor al 50%, y el de jueces penales supera el 40%.
«Venezuela no impide el ingreso de minerales, de piedras preciosas. No frena el control de personas solicitadas por la justicia. Razón por la que han emigrado profesionales huyendo del socialismo, y también personas que realmente pretenden exportar modus operandi criminales», señaló Mármol.
En Venezuela los criminales tienen beneficios
Hoy los recintos penitenciarios en el país cuentan con pranes que ejercen el control. Desde las cárceles se planifican y se cobran secuestros vía telefónica, se cobra rescate por vehículos robados, facturan pagos semanales a los otros reos para poder vivir y estar en las prisiones.
La cárcel de Tocorón cuenta, por ejemplo, con discotecas, bancas para apostar, piscina y restaurantes. En la prisión ubicada en la isla de Margarita sucede lo mismo.
Lo que debería ser una cárcel se ha convertido en un lugar para relajarse y desconectarse del exterior. Los presos se comportan de una manera excepcional y sus familiares tienen la posibilidad de vivir con ellos.