A mitad de camino hacia 2030: las 5 peticiones en la Cumbre de los ODS

En la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los ODS que se celebra en Nueva York, la red mundial de la sociedad civil Forus hace un llamamiento para que se tomen medidas decisivas en la aplicación de los ODS. Es evidente que, a medida que nos acercamos a la mitad del camino hacia la “línea de meta” de la Agenda 2030, el progreso se está estancando.

La edición especial de 2023 del Informe de Progreso de los ODS hizo hincapié en que nos estamos quedando cortos en la implementación de los ODS. En abril de este año, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó que “el progreso en más del 50% de las metas de los ODS es débil e insuficiente; en el 30%, se ha estancado o ha retrocedido”, lo que afecta de manera desproporcionada a los más pobres y vulnerables del mundo.

A medida que nos acercamos al ecuador de la Agenda 2030, instamos a los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU a abordar el precario estado de la implementación de los ODS. Estas son nuestras 5 peticiones. 

1. Cumplan lo que dicen con planes de implementación claros y puntos de referencia para la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  

“En Guatemala, hay dos mundos, uno para un pequeño grupo que se beneficia de esta estabilidad macroeconómica, esta debilidad de la democracia, esta cooptación de las instituciones del Estado, y una gran mayoría de la población que se enfrenta a la pobreza y la desigualdad”, dice Alejandro Aguirre Batres, Director Ejecutivo de CONGCOOP, la plataforma nacional de ONG en Guatemala que recientemente publicó un informe alternativo social sobre la implementación de los ODS en el país.  

Los gobiernos deben elaborar planes nacionales de implementación específicos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con puntos de referencia claros sobre cuándo alcanzar las metas fijadas en 2015. Tras la Cumbre sobre los ODS, pedimos a las Naciones Unidas y a sus socios que garanticen que los “Compromisos Nacionales para la Transformación de los ODS” solicitados por el Secretario General se recopilan y controlan adecuadamente, incluso proporcionando una plataforma transparente e inclusiva para mostrar estos compromisos, ayudando a garantizar una implementación, un seguimiento y una rendición de cuentas adecuados. Todos los esfuerzos y compromisos deben centrarse en superar la brecha cada vez mayor de las desigualdades, sanar la polarización y restablecer los derechos socioambientales en el centro de la aplicación de la Agenda 2030, ya que ninguna forma de desarrollo debe producirse a costa de la degradación medioambiental y la injusticia.

Desde Asia, Jyotsna Mohan Singh, representante de la Alianza Asiática para el Desarrollo, subraya que, aunque los ODS parecen buenos sobre el papel, su aplicación en el mundo real dista mucho de ser satisfactoria. Los gobiernos deben elaborar una coherencia política para la hoja de ruta del desarrollo sostenible con objetivos sujetos a plazo”, explica, y añade que se trata de crear espacios basados en la equidad en los que la sociedad civil y otras partes interesadas puedan participar en los debates y conectar con las comunidades locales.

En regiones como el Sahel, que se extiende 5.000 kilómetros por debajo del desierto del Sáhara desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, problemas como los conflictos, la inestabilidad política, la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria afectan a casi 26 millones de personas. Sin embargo, esta región rebosa de oportunidades, cuenta con abundantes recursos y una población joven, que incluye un 50% de mujeres jóvenes y niñas. En palabras de Mavalow Christelle Kalhoule, líder de la sociedad civil, presidenta de Forus y presidenta de SPONG, la red de ONG de Burkina Faso: “Lo que ocurre en el Sahel y en tantas otras comunidades olvidadas se extiende por todo el mundo y nos afecta a todos, aunque decidamos mirar hacia otro lado. La implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es vital para desbloquear un futuro diferente. Pero para que el cambio global se produzca de verdad, necesitamos que los países se unan, necesitamos solidaridad, espacios horizontales y que los líderes mundiales empiecen a escuchar y a actuar en consecuencia.”

2. Comprometerse con la protección del espacio cívico y los derechos humanos.  

“Aunque el Estado de Pakistán ha ratificado muchos instrumentos mundiales, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y los ODS, lo irónico es que ninguno de ellos se ha transformado en políticas y marcos normativos locales. Por desgracia, los defensores y las organizaciones de derechos civiles se han transformado en organizaciones humanitarias o han practicado la autocensura para evitar las atrocidades del Estado. Pakistán está fracasando en la consecución de los ODS debido a la falta de compromiso con la sociedad civil y otras partes interesadas. Irónicamente, el gobierno es incapaz de proporcionar datos fiables sobre cualquiera de sus propios indicadores prioritarios para medir el progreso hacia la implementación de los ODS, en particular sobre los indicadores basados en los derechos”, dice Zia ur Rehman, Coordinador Nacional de la Alianza para el Desarrollo de Pakistán. Su recién publicado Pakistan Civic Space Monitor revela un espacio cívico generalmente restringido, que incluye restricciones a la libertad de expresión, reunión, información, Estado de derecho, gobernanza y participación pública, con un mayor deterioro. Esto es cierto para el 92% de los miembros de Forus -que incluye redes nacionales y regionales de la sociedad civil en más de 124 países-, que consideran la protección del espacio cívico y los derechos humanos una prioridad absoluta.

De hecho, en la última década, miles de organizaciones de la sociedad civil se han enfrentado a retos cada vez mayores debido a las restricciones impuestas a su formación y actividades. Nueve de cada 10 personas viven actualmente en países donde las libertades civiles están gravemente restringidas, incluidas las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión, según el Monitor CIVICUS. Los informes de Forus confirman que la sociedad civil se enfrenta a restricciones cada vez mayores, que implican acciones extralegales, desinformación y desinformación sobre su trabajo tanto online como offline. La investigación también pone de relieve la insuficiencia de los mecanismos institucionales actuales para garantizar un entorno propicio para la sociedad civil, incluida la lucha contra la impunidad de los ataques contra la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos, la aplicación de leyes y reglamentos de apoyo y la facilitación de un diálogo político eficaz e inclusivo. Un reciente informe de ARTICLE 19 destaca la inadecuada integración de elementos cruciales como la libertad de expresión y el acceso a la información en los ODS, lo que obstaculiza el progreso. Los asesinatos de periodistas aumentaron en 2022. Además, el seguimiento del acceso a la información se centra principalmente en la existencia de un marco jurídico, ignorando su calidad y adopción. Reforzar estos derechos es vital para avanzar en todos los ODS. Otros informes, como el de la red boliviana de la sociedad civil Unitas, indican que el entorno para el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil es cada vez más restrictivo en la política y en la práctica. El creciente número de defensores/as de los derechos humanos que son asesinados/as cada año -al menos 401 en 26 países fueron asesinados/as por su trabajo pacífico en 2022- es otra tendencia preocupante que debe invertirse, ya que la protección y promoción de los derechos humanos es la piedra angular para lograr el desarrollo sostenible. Sin derechos humanos no haremos más que retroceder.

3. Reforzar y catalizar una financiación sólida para los ODS.  

Desde la reciente Cumbre para un nuevo pacto mundial de financiación hasta la iniciativa Financiación en Común, está claro que este año se ha hecho hincapié en aumentar la inversión. Pero necesitamos calidad, no solo cantidad, como se expresa en una declaración conjunta de la sociedad civil dirigida a los bancos públicos de desarrollo, firmada por más de 100 organizaciones de la sociedad civil de más de 50 países. Si bien acogemos con satisfacción el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en favor de un estímulo de los ODS, recordamos a los gobiernos, las instituciones financieras internacionales, los bancos públicos de desarrollo y los donantes que es preciso redoblar los esfuerzos para aumentar las inversiones destinadas a la consecución de los ODS a todos los niveles, en particular mediante un mayor apoyo a la sociedad civil y la participación de las comunidades en todas las “conversaciones sobre el desarrollo”. Debe hablarse abiertamente del papel del sector privado y de las instituciones financieras en la aplicación de la Agenda 2030. Es importante incluir en todos los proyectos de desarrollo que se lleven a cabo presupuestos específicos para acciones vinculadas a la implementación de la Agenda 2030. Los debates sobre las reformas financieras que varios países están emprendiendo de forma reiterada no pueden tener lugar a puerta cerrada y en foros no inclusivos como el G7 y el G20. Por el contrario, deben ser abiertos, inclusivos y transparentes, con la participación de un espectro más amplio de protagonistas, incluida la sociedad civil, para garantizar la equidad y la sostenibilidad en la configuración de las políticas financieras mundiales.

“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están gravemente desviados del camino al llegar a la mitad de la Agenda 2030. Necesitamos una renovada ambición global en los compromisos financieros para avanzar en los ODS. Las reformas de la arquitectura financiera mundial son una parte crucial de esto para asegurar que tenemos un sistema más justo, más eficaz, inclusivo y transparente que apoye a los países de bajos ingresos que están a la vanguardia del clima mundial, la deuda, la pobreza, los alimentos y las crisis humanitarias. No se trata de falta de financiación, sino de voluntad política y de establecer correctamente nuestras prioridades”, afirma Sandra Martinsone, responsable de políticas de desarrollo económico sostenible de Bond UK.

4. Movilizar compromisos transformadores para el ODS 16+.  

Reconociendo el papel vital del ODS16+ como facilitador crítico de toda la Agenda 2030, los gobiernos deben acudir a la Cumbre de los ODS con compromisos específicos, integrados, centrados y transformadores para acelerar la acción sobre el ODS16+. Tal y como se ha desarrollado en la campaña colectiva #SDG16Now, esto incluye políticas y recursos nacionales, reformas legales e iniciativas para avanzar en el ODS16+ a nivel internacional, nacional y local, así como compromisos globales ambiciosos para fortalecer el multilateralismo y la determinación internacional de promover la paz, la justicia, el estado de derecho, la inclusión y la creación de instituciones. Además, los gobiernos deben aprovechar los momentos clave, como el Foro Político de Alto Nivel de 2024 y la Cumbre del Futuro, para avanzar en la aplicación y el cumplimiento de los ODS mediante compromisos de acción similares, y garantizar un seguimiento adecuado de estos compromisos en el futuro.

5. Garantizar la participación de la sociedad civil y escuchar a las comunidades, revigorizar los compromisos con el ODS17. 

La Agenda 2030 en su conjunto no puede lograrse sin aprovechar el papel de la sociedad civil y fomentar una verdadera alianza mundial. Cada año, al margen de la Asamblea General de la ONU, iniciativas como la Asamblea Mundial de los Pueblos hacen llegar a los oídos de los líderes mundiales las voces de comunidades históricamente marginadas. Los gobiernos deben dar un nuevo impulso al compromiso con el ODS 17 para reforzar los medios de aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible y revitalizar las alianzas mundiales para el desarrollo sostenible. Ya es hora de que dejemos de celebrar debates sobre el futuro del desarrollo a puerta cerrada. La participación simbólica de la sociedad civil, donde su implicación es meramente simbólica o superficial, socava los principios básicos de la inclusividad, perjudicando el progreso genuino y la colaboración significativa. Debe adoptarse un enfoque más inclusivo que implique activamente a la sociedad civil y a las comunidades. Hagamos #UNmute a las voces y perspectivas de la sociedad civil introduciendo reformas en los actuales mecanismos de participación y dándoles una plataforma real para que se les escuche.

En 2015, todos los gobiernos del mundo acordaron como comunidad global lo que queremos para nuestro futuro común para las personas y el planeta. Fueron muchos los esfuerzos y el trabajo necesarios para alcanzar dicho acuerdo. Ahora es el momento de que los gobiernos y los líderes mundiales cumplan lo acordado y den prioridad a las personas y al planeta, cumpliendo la Agenda 2030, esencial para garantizar nuestro futuro común. Es hora de que los líderes mundiales actúen con decisión y mantengan sus compromisos con los ODS.

Por la red mundial de la sociedad civil Forus

 

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