(20/10/2021)
mazonas a la sombra de la pandemia es un reportaje en formato podcast, de cuatro episodios, que explica los riesgos ambientales de la minería ilegal y agrupa historias de personas afectadas por enfermedades que siguen presentes en tiempos de coronavirus.
Julio, como otros hombres del estado Amazonas, Venezuela, ven en la extracción minera una salvación a sus deficiencias económicas. Empujado por llevar el sustento a su hogar, emprendió un viaje hacia las minas del Parque Nacional Yapacana, como proveedor de alimentos.
Pero no había pasado ni un mes en la mina Maraya, a la cual llegó, cuando la malaria se apoderó de él y no le permitió cumplir con su meta de reunir suficiente dinero para solventar sus problemas. Debió gastar los pocos gramos de oro que había reunido para comprar el tratamiento médico y tuvo que apresurar su regreso.
La malaria, la amebiasis, el dengue y los hongos en la piel son patologías que continúan en la selva amazónica y que han sido opacadas por la pandemia.
Transcripción: Regresar enfermo
Julio
Al momento de la detección, que comencé con el tratamiento, duré tres días… Mientras recogía lo que vendía, mientras iba al puerto a buscar la embarcación. Pero… entre el viaje de las minas a aquí, fueron dos días, que es lo regular que uno hace, pues, o sea, el tiempo que uno se tarda de allá a aquí.
Narradora
Habían transcurrido 30 días cuando Julio Yarumare tuvo que regresar del viaje que hizo a las minas, como una forma de obtener los ingresos económicos que ya no tenía como trabajador de la administración pública. Había ido como comerciante, llevaba pollo y queso para vender a quienes trabajan en la extracción al pie del Parque Nacional Yapacana.
En agosto de 2021 tenía dos meses tratando de recuperarse del paludismo que le dio en la mina Maraya, una de las tantas que hay en Amazonas, Venezuela. Por eso tuvo que regresar a Puerto Ayacucho, la capital del estado, para cumplir con su tratamiento médico.
Como él, en el estado Amazonas, y sobre todo en medio de la explotación minera, muchas personas han tenido que enfrentarse a la malaria, una enfermedad que sigue allí, en la selva amazónica, aún en estos tiempos de pandemia.
Usamos un nombre diferente, a petición de nuestro testigo, para resguardar su identidad.
Este episodio, Regresar enfermo, forma parte del seriado Amazonas a la sombra de la pandemia, producido con el apoyo de Rainforest Journalism Fund en colaboración con el Pulitzer Center.
Julio
En la mina donde estaba el tratamiento era costoso, pero no lo había, por eso el precio. Y tuve que esperar como cinco y seis días para poder adquirir el medicamento, que lo trajeron de otra parte de la mina para podérmelo tomar.
-¿Y el tratamiento cuánto te costó?
Entre el tratamiento y la prueba, aproximadamente 1.3 gramos de oro. Que, al cambio, bueno el equivalente, es en moneda colombiana que es lo que más se maneja, vendría siendo 130 mil pesos por lo menos.
Narradora
Eso se traduce a 35 dólares americanos, lo que debió pagar Julio para iniciar su tratamiento. Pero lo más delicado de esos días era la dieta, porque los alimentos debían ser bajos en grasas y las carnes cocidas a la plancha. Solo un pollo, de esos que el mismo había llevado, tenía en las minas un valor de 65 mil pesos colombianos, cuando en Puerto Ayacucho podía costar 15 pesos.
Julio
Allá se come comida pesada… para uno poder estar, o sea el sustento diario es una comida pesada, y lo cual no… a mí por el paludismo no me pasaba, comía y lo vomitaba.
-¿Pesada, a que te refieres, por ejemplo?
Eh, carne o pollo, granos, ensalada, esa es prácticamente una comida que ellos llaman pesada por allá. Por el tipo de trabajo que se hace, la caminata, lo que uno camina… uno camina a veces, tres, cuatro horas para llegar a un sitio. Entonces, esa es la comida que uno nos…Que uno debería comer para aguantar ese trajín, el trajín diario porque se camina de tres o cuatro horas para llegar a un sitio sin contar el regreso otra vez. A veces uno sale a las 6:00 am y regresa al campamento a las 8:00 o 9:00 pm, con una sola comida o dos comidas. En mi caso yo me regresé porque de verdad quería cumplir con el tratamiento, o sea quería cumplir lo que me recetó el médico. De no hacer fuerza, de no caminar mucho por el tipo de enfermedad, que afecta directamente al hígado y eso para uno es perjudicial.
Narradora
La malaria, mejor conocida como paludismo, se presenta en Venezuela en tres tipos de parásitos. Al respecto precisó la bioanalista Ana Villarroel, coordinadora de Salud Ambiental de Puerto Ayacucho, Amazonas.
Ana Villarroel
En Venezuela tenemos plasmodium vivax, plasmodium falciparum y plasmodium malariae. En Amazonas también existen los tres. El malariae lo tenemos más hacia una zona mínima del Alto Orinoco, que son casos que no salen mucho, pero el que tiene el 90% es el vivax, también tenemos el plasmodium falciparum. Todos ellos, si los tratamos a tiempo, son curables. Las complicaciones que pueden existir son que las personas tardan por la misma sintomatología llegar a un puesto de diagnóstico, están en una zona que el puesto queda distante y en la parte indígena empiezan a tratarse con su medicina tradicional y cuando llegan a un punto están deshidratados, por la fiebre e incluso puede causarle convulsiones. Pero ellas si se tratan y diagnostican a tiempo, ellos pueden mejorar, la intención es no llegar a la mortalidad por la malaria, hasta ahorita en Amazonas no existe ningún muerto por malaria.
Narradora
Cuando la especialista dice que no existe ningún muerto por malaria ahorita, se refiere al año 2021, porque en 2017 Amazonas tuvo una epidemia que produjo 33 decesos, según las estadísticas que lleva Salud Ambiental.
Julio narró que pasó entre cinco y seis días presentando algunos síntomas que ya conocía, porque tres años antes había padecido de malaria.
Julio
El tipo de paludismo que me dio fue el vivax. Sumamente malo, me imagino por su… por lo que es la enfermedad como tal: fiebre, dolor de cabeza, vómito, todo. Uno no podía comer comida pesada antes del tratamiento como tal.
Ya conocía la enfermedad, pues al sentir los síntomas al cuarto o quinto día sabía que era paludismo, por los mismos síntomas que presenté la primera vez. Aunque esta vez los síntomas eran un poquito más fuertes por el tipo de paludismo, porque el primer paludismo que me dio fue paxiparo.
Narradora
Para confirmar si sus sospechas eran reales, Julio se hizo una prueba con los médicos que ejercen su profesión en las minas.
Julio
Me imagino que por la situación país que estamos atravesando, allá hay cantidad de médicos, no te puedo especificar exactamente cuántos, pero en la parte donde estaba, en la mina donde estaba, había tres médicos graduados en la Rómulo Gallegos y Universidad de Carabobo, creo. Fueron los que conocí, médicos que ya habían estado aquí en el estado haciendo su, su… me imagino que sus pasantías, su artículo 8 creo que es lo que hacen ellos en diferentes comunidades, pero sí hay cantidad de médicos allá. Ya ellos mantienen su, su… bueno allá le dicen campamento, acomodado o como un ambulatorio rural prácticamente.
Allá lo que más, más ves la malaria pues, el paludismo, que es lo más… es lo que más se ve por allá: paludismo. dengue muy poco, y ese virus que lo comparan con el covid que es el que ahorita está dando. Pasa hasta seis o sietes días con esos síntomas y sigue persistiendo y que es el paludismo, pero a la final no es. Entonces es lo que ellos llaman el “covid del bobo”, que igual presenta esos síntomas. De que pierde el olfato, pierdes el sabor y creo que es lo que ellos comparan con el covid.
Narradora
Amazonas es el segundo estado venezolano con más casos de malaria, distribuidos en los siete municipios de la entidad. En el municipio Atabapo, hasta la semana epidemiológica número 30 se registraron 1.555 casos, cifra que sobrepasó la de 2020, cuando para la misma fecha se presentaron 1.076 personas contagiadas.
Así lo expresó José Payema, inspector de Salud Ambiental de Amazonas, quien se encarga de levantar las estadísticas de la enfermedad en esa institución gubernamental.
José Payema
Atabapo es el que lleva mayor índice parasitario debido a las minas, la gente se desplaza hacia allá y padecen de la malaria y no son tratados como se debe,. Algunos permanecen hasta con siete u ocho paludismos, debido a que no reciben un tratamiento adecuado y también en esa parte no tenemos un programa de lucha contra el vector, un estudio intenso del comportamiento del vector. Eso necesita recursos tanto económicos, operativos de transporte, logística.
Narradora
La coordinadora de Salud Ambiental añadió que con las entrevistas que realizan a los pacientes, logran determinar el número de enfermos con paludismo que vienen de las minas.
Ana Villarroel
Nosotros lo sacamos por la investigación o las preguntas que se le hacen al paciente, por lo menos las principales minas aquí son las del Yapacana. Nosotros tenemos un punto en Cárida, Macuruco y Venturosa, ellos nos mandan los reportes. Incluso, personas que son de Puerto Ayacucho, que vienen de retorno de haber estado en la zona minera, si están con síntomas, ellos pasan por los puntos y notifican que vienen de allá. La mayoría de los casos que nos reportan, en un 60%, son de las minas del Yapacana.
Narradora
Angustia, malestar y unas ganas inmensas de que llegara el tratamiento médico para poder mejorar y regresar a Puerto Ayacucho, rodeaban los días de Julio.
Julio
Como estaba en un campamento cerca de un vecino que estaba por aquí, era el que me acompañaba a veces, pero más que todo era en las tardes…en las noches que él llegaba, porque el resto de día, sí, me quedaba, sí tenía que quedarme solo porque él ya tenía que salir a hacer sus cosas, pero en el día prácticamente solo.
Yo pasaba todo el día bebiendo agua y acostado en un chinchorro hasta que pudiera, o sea, hasta que consiguiera el tratamiento que fue lo que más tardó. Y la pérdida de peso por la misma alimentación que no te provoca nada, de que una sopita para después de la fiebre o si te tomas un acetaminofén espera que se te calme la fiebre. La comida, bueno sí, la comida pesada no la toleraba, la vomitaba, no me provocaba y eso es lo que lleva a uno a la pérdida de peso.
-¿Y cuánto llegaste a pesar en ese periodo?
72,73 kilos cuando me fui, y al momento de la enfermedad, que me pesé cuando llegué aquí, en el chequeo médico, 65 o 66 kilos, o sea que fueron casi 10 kilos.
10 kilos que se fueron en seis días, siete días. Fue tremendo porque ya en la calle te ven: “Verga qué te paso, mira que…”.
Narradora
La mayoría de las personas que van a las minas ven en la extracción una salvación. Hasta el Yapacana llegan hombres y mujeres de Puerto Ayacucho, pero también de Maracay, Valencia, Barinas y otras ciudades de Venezuela.
Esta situación es lo que el investigador ambiental Héctor Escandel ha denominado como “la trampa de la minería”.
Héctor Escandel
Más allá de los impactos, digamos al medio natural, que son muy graves, hay un impacto que tampoco ha sido evaluado suficientemente, pero para mí es peor. Es el impacto que se ha instalado en la cultura, cultura humana. La gente se ha acostumbrado a participar en la actividad minera, ha entrado en la trampa de la minería y la lógica que ahí se sigue, una lógica obviamente poco solidaria, una lógica de depredación, una lógica de competencia. Es una lógica que no considera al otro, ni al otro humano ni al resto de los seres vivos de la naturaleza.
Julio
Eso es lo que todo el mundo aquí en Puerto Ayacucho está haciendo. Van a las minas, van, vienen…con lo que se hace allá es el sustento. Por lo menos, en mi caso, de varios meses sin ir para allá nuevamente, creo, voy, duro 15 o 20 días y regreso. En esos 15 o 20 días me da una base para estar estable dos, tres meses.
En el lugar donde yo voy, se trabaja con oro amarillo, oro no azogado, pues no trabajado, sino un oro puro. En el mercado colombiano está en 150, 160 mil pesos el gramo, o sea que una raya de oro viniera siendo 15,16 mil pesos.
Narradora
Pero las cuentas a Julio no le salieron bien. Los días con paludismo que vivió en las minas, limitaron su producción y apresuraron su regreso. Llegó a casa con otra realidad: sin dinero y enfermo.
Julio
Lo que veces te desanima, porque vas con una meta o un propósito de estar 20, 25 días haciendo algo, produciendo algo, y no, no lograrlo por el tipo de enfermedad que padeces. Ahí es donde cónchale, me voy con lo que tengo.
Narradora
En la divulgación de este episodio nos acompañan el medio nacional El Diario y la emisora local Raudal Estéreo.
Coordinación general: Madelen Simó Sulbarán.
Edición de textos y Diseño Gráfico: Equipo de El Diario.
Reportería y Locución: Madelen Simó Sulbarán.
Composición fotográfica: Lucy Gualdron.
Montaje y posproducción de audio: Carlos Romero.
Los invitamos a escuchar las otras historias de este seriado Amazonas a la sombra de la pandemia, un trabajo que reúne voces de quienes se han enfermado en medio de la extracción minera, en el contexto del covid-19.