El documental venezolano “Oro de Sangre”, que narra los crímenes ambientales que desde hace varios años ocurren al sur del río Orinoco, en la zona de Venezuela impropiamente denominada “Arco Minero del Orinoco”, fue analizado en una nueva edición del ciclo Tertulias por Venezuela.
Diez organizaciones de la sociedad civil organizaron la proyección privada del documental Oro de Sangre, dirigido por Thaelman Urgelles y Juan Urgell, donde participaron como panelistas su director y Américo de Grazia. Aragua en Red, Ciudadanía Activa, Compromiso Ciudadano, Espacio Abierto, Gente del Petróleo, Grupo La Colina, La Tertulia de los Martes, Manifiesta, Médicos Unidos de Venezuela y Red Org Baruta, quienes promovieron este interesante intercambio, donde la audiencia asistente al evento pudo intervenir con reflexiones y preguntas ante este importante tema.
El régimen presentó El Arco Minero como un proyecto legítimo de desarrollo económico, esta operación se ha convertido en un ecocidio sin precedentes donde se articula un entramado criminal de características transnacionales. En el área se han estimado reservas por 700 toneladas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro y bauxita; también Uranio y otros minerales radioactivos. Las consecuencias de la extracción indiscriminada de estas riquezas minerales perjudican, masivamente, al medio ambiente y socava los derechos humanos de decenas de comunidades indígenas, generando una catástrofe histórica oculta en el pulmón vegetal del planeta.
El crimen ambiental y humanitario en el territorio del Arco Minero del Orinoco es sin lugar a dudas la mayor crisis ecológica en la historia de Venezuela y quizá de América latina. Una crisis que amenaza no solo la subsistencia de las comunidades indígenas de la zona, sino la biodiversidad de la región amazónica y del planeta; en la actualidad está afectando la provisión de energía eléctrica a los venezolanos y a mediano plazo la destruirá.
La operación del Arco Minero comprende una amplia serie de conflictos, que han quedado sintetizados esencialmente en este cortometraje de 15 minutos: en primer lugar y como tema central, la masiva destrucción ambiental que produce la explotación minera en una de las regiones naturales más antiguas del planeta, lo que la hace especialmente frágil y vulnerable; en segundo lugar, la grave violación de los derechos humanos que dicha explotación produce contra los habitantes de la región, en especial poblaciones autóctonas ancestrales; y en tercera instancia, el entramado de; corrupción que, desde el poder impuesto en Venezuela, habilita el saqueo de riquezas públicas por parte de sectores particulares: civiles, militares y delictivos, tanto nacionales como extranjeros. El resultado es un documental de denuncia social que busca motivar a los espectadores a investigar y profundizar este crimen de lesa humanidad de magnitudes históricas.
Tanto Thaelman Urgelles como Américo de Grazia destacaron que no hay justificación económica de la explotación del oro en el Arco Minero, ya que constituye menos del 1 % del Producto Interno Bruto, y contamina las agua con cianuro y mercurio. Con relación a la extracción de Coltán y otros minerales no hay cifras que reflejen su impacto en la economía del país solo sirven para enriquecer a unos pocos. Ante esto consideran que es más rentable para el país y el resto de la humanidad, dejar esos minerales bajo tierra y ocuparnos de lo que está encima de ella, la naturaleza y la gente.