La Tierra necesita una tregua

En su 53.ª edición el lema del Día de la Tierra es “Invertir en nuestro planeta”. Es la petición de cientos de miles de personas para actuar, innovar e implementar medidas de protección del medio ambiente entre todos

Este 22 de abril, cuando se conmemora el Día de la Tierra, estamos ante la oportunidad de sensibilizar al público en general sobre temas de gran interés, tales como los derechos humanos, el desarrollo sostenible o la salud; al mismo tiempo, elevar la voz para dar a conocer problemas sin resolver que precisan, además, la puesta en marcha de medidas políticas concretas.

Y tenemos más para salvaguardar la Tierra. Están los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles, firmados en 2015 por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y que constituyen un llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo.

Pero, ¿cómo estamos en Venezuela? ¿Cerca o lejos de la meta 2030?

El ingeniero Joaquín Benítez, consultor Ambiental, docente y director de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, destaca que el seguimiento que ha hecho ONU de los ODS por país (datos del 2021), específicamente el ODS 15, relativo a los ecosistemas terrestres, registra que Venezuela en vez de estar avanzando en cuanto a la protección de estos ecosistemas, está decreciendo de manera importante.

“Ese es uno de los ODS que Venezuela está más lejos de lograr para 2030”.

Como una apreciación personal, sostiene que a pesar de que hay una buena parte de la superficie del país en condición de protección, cerca del 40 %, hay suelos muy vulnerables, entendiendo que la vulnerabilidad es algo que se puede aumentar o disminuir con acciones puntuales.

“Nuestras áreas protegidas tienen una vulnerabilidad muy alta, porque no hay una institucionalidad ambiental sólida que haga valer las normas y las disposiciones existentes sobre el uso de los suelos en el país. Nuestros bosques están expuestos a desforestaciones, a malos manejos, cambio de uso”.

Consciente de la necesidad imperiosa de detener, prevenir y revertir la degradación de los ecosistemas, y de restaurar de manera efectiva los ecosistemas terrestres, de agua dulce y marinos que han sido degradados en todo el mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el periodo comprendido entre 2021 y 2030 como el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (en adelante, el Decenio de las Naciones Unidas) mediante la Resolución 73/284.

Comenta que quien debe vigilar, por ejemplo, que a los parques nacionales se les dé el uso correcto, no actúa adecuadamente.

Y reconoce, además, que los años 2021 y 2022 han sido unos periodos en los que los medios de comunicación nacionales tuvieron un papel destacado en la divulgación de temas ambientales y sobre el cambio climático.

“Hicieron un esfuerzo encomiable por divulgar e informar, pese a la ausencia de información de fuente oficiales y de estadísticas. Eso nos permite conectarnos con el Acuerdo de Escazú , que establece el acceso a la información pública, el derecho a la  justicia y a la participación. Si no hay políticas públicas se agreden los derechos ambientales y las garantías consagradas en la Constitución nacional”.

Sobre el cambio climático y, a propósito de Escazú, menciona que en Venezuela se abandonó la gestión de los indicadores ambientales básicos, y no hay información gubernamental sobre eventos y situaciones que afectan al ambiente.

“No hay estadísticas básicas para saber cuántos residuos y desechos sólidos urbanos se han manejado y dispuestos, cuántos se han reciclados; cuáles son los indicadores de la calidad de aire, las estadísticas de deforestación y cambio de uso del suelo, no sabemos qué pasa con los derrames petroleros ni cuál es la superficie afectada por la minería; tampoco las estadísticas de las emisiones de gases de efecto invernadero y cuando las publican los investigadores tienes serias observaciones. Lo que sabemos es por el trabajo de las academias y las ONG”.

Benítez cuando sostiene que la protección de los ecosistemas está decreciendo de manera importante, lo dice porque los venezolanos además desconocemos si nuestras comunidades están contaminadas, si vivimos en un ambiente sano; “y, ahora, que está el anuncio de la creación de las Zonas Económicas Especiales, debería ofrecerse a la población un análisis de las potenciales afectaciones de ese proyecto no consultado ni abierto la participación ciudadana”.

Además, añadió, están las amenazas y las persecuciones a quienes informen sobre la calidad del agua en sus comunidades.

“Agua limpia y saneamiento son retos muy importantes. Casi ninguna ciudad trata sus afluentes, todos los cursos de agua reciben las aguas servidas. Aquí hay un gran esfuerzo de los organismos e investigadores de informar y alertar, pero navegamos casi a ciegas en materia ambiental”.

Para lograr avances, insiste en se debe hacer regulación y control como, por ejemplo, del uso de los fertilizantes que afectan las cuencas y los lagos de Maracaibo y Valencia, tener disposición, voluntad política y eso pasa por ejercer una buena gobernanza que involucre al sector privada, académico y a la ciudadanía.

El Día de la Tierra nace en Estados Unidos en 1970, hace más de medio siglo, fruto de los movimientos sociales y estudiantiles que cobraron auge en el país a finales de la década de los sesenta. No fue, sin embargo, hasta el 22 de abril de 2009 que se celebró por primera vez el Día Internacional de la Madre Tierra como un evento internacional instituido por la Asamblea General de Naciones Unidas.

 

 

Por Mabel Sarmiento Garmendia 

 

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